Sudamérica Turning Point: Un nuevo clima económico en Sudamérica

Durante el último siglo, la economía de los países de Sudamérica se han beneficiado considerablelmente de la industrialización basada en combustibles fósiles y una expansión agrícola intensiva en carbono.
Esto ha llevado a la falsa creencia de que el crecimiento económico y el alivio de la pobreza son incompatibles con una acción climática significativa.

Sin embargo, este camino ya no es viable para una sociedad sostenible y próspera. El aumento de las temperaturas y, por tanto, los cambios en los patrones climáticos, se traducirán rápidamente en pérdidas económicas y comerciales; afectando directamente a nuestra tierra, nuestras infraestructuras y, sobre todo, a nuestra gente.

La pandemia que estamos viviendo no ha hecho más que reforzar esta conciencia al respecto. Como sociedad global, vimos nuestros sistemas puestos a prueba por el COVID-19 y vimos cómo algunos de ellos fallaban. Ha sido una llamada de atención, una oportunidad para reajustar y considerar las medidas que debemos tomar para proteger la infraestructura compartida y los sistemas sociales de los que dependemos.

El Cambio Climático también perturbará nuestras cadenas de suministro, pondrá a prueba nuestras instituciones y generará cambios profundos en la sociedad. Los daños causados por las crisis climáticas ya se dejan sentir con fuerza en Sudamérica, provocando la pérdida de vidas, la destrucción de infraestructuras urbanas, el desequilibrio de los ecosistemas naturales y la desesperanza. Pero hay otro camino.

Este informe elaborado por el Instituto de Economía Deloitte muestra una trayectoria de descarbonización factible, coordinada y escalonada que conduce a un nuevo crecimiento para Sudamérica. El análisis comienza contabilizando los costos del Cambio Climático Global dentro de las proyecciones de crecimiento de la región y lo compara con el beneficio económico potencial para el mismo territorio si el mundo alcanza el nivel cero para mediados de siglo.

En los países sudamericanos, donde las diferentes culturas, desigualdades y contradicciones marcan las sociedades locales, este periodo de transformación será probablemente complejo. Donde los líderes regionales pueden hacer una elección es en la identificación de las oportunidades del cambio, innovando por delante de las necesidades y colaborando para lograr resultados sistémicos.

Las transiciones son siempre un reto, pero revertir el Cambio Climático es un imperativo mundial.

Ahora debemos trabajar juntos -gobiernos, empresas, ONGs- para desarrollar y aplicar el tipo de soluciones innovadoras que este momento requiere.

Depende de cada uno de nosotros decidir si somos lo suficientemente valientes para ayudar a liderar el camino.

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